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El antídoto se basaba en un anticuerpo que bloquea una importante toxina presente en la mayoría de las especies de serpientes. Los investigadores hicieron este descubrimiento cuando estudiaban formas de combatir el VIH mediante proteínas de acción amplia.
Durante el estudio, los expertos aislaron y compararon las proteínas de venenos peligrosos del principal grupo de serpientes, que incluye a las serpientes krait, cobra y mamba. En su veneno se encontró 3FTx, un tipo especial de proteína que tienen todos los principales grupos de serpientes. Este tipo es extremadamente tóxico y paraliza todo el cuerpo.
