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Descubrieron que las personas que desayunaban antes tenían niveles más bajos de azúcar en sangre y menos resistencia a la insulina. Los intervalos a los que comían las personas (hasta 10 horas al día o más de 13) no importaban.
Así pues, los resultados demuestran que la hora tiene una relación más estrecha con los parámetros metabólicos que la duración total de las comidas a lo largo del día, resumieron los autores del estudio.
